Nuestro primer día será de toma de contacto con la ciudad de Oporto. Lleguemos por la mañana o por la tarde, en cuanto estemos listas nos iremos a pasear entre algunos de sus edificios más emblemáticos y azulejados, como la preciosa estación de trenes de Sao Bento (una de las más bonitas de Portugal y, ¡del mundo!), la librería Lello (¿alguna fan de la literatura o de Harry Potter en la sala?), o la Torre de los Clérigos (¿queréis subir al balcón más alto de la ciudad?). Que no cunda el pánico, no vamos a meter mucha caña que estaréis cansada del viaje. Si os apetece más ir a merendar unas ‘natas’ a una de esas pastelerías donde ves cómo te hacen los pasteles que luego te vas a comer, nos va bien también. Sin prisas ni estrés, si nos apetece nos acercaremos a algún mirador para ver el atardecer o, si no, iremos directas a cenar. Qué preferís, ¿una potente francesinha, un buen plato de bacalao o un ligero caldo verde?

Después de hacer un desayuno de campeonas, empezamos a descubrir la ciudad de Oporto, ahora así, a fondo. Visitaremos la Catedral y las callejuelas del casco antiguo medieval que la circundan, para llegar poco a poco, todo bajando, a la Plaza del Infante, el Palacio de la Bolsa y la Iglesia de San Francisco, donde podemos entrar o no, según nos apetezca. Y de ahí nos vamos directas a la emblemática Plaza de Ribeira para disfrutar de las casitas de colores de Oporto. Después de comer, cruzaremos el Puente de Don Luis (por abajo) para acercarnos a Gaia, el pueblo que está al otro lado del río. Allí, si os apetece, visitaremos una bodega para descubrir todos los secretos del vino de Oporto. ¿Y después? Después podemos pasear por la Ribeira y/o subir al Jardín do Morro y el monasterio do Serra do Pilar para disfrutar de las vistas. Posteriormente cruzamos el Puente de Don Luis (por arriba) para ir en busca del tranvía que nos lleve a ver el atardecer a la playa de Foz de Douro o Matosinhos, o un barquito que nos acerque hasta Afurada. Lo que más os apetezca. Porque, ¿a quién no le apetece acabar el día con un buen atardecer y un pescadito a la brasa? Y para las que todavía queramos más, nada mejor que tomarse un porto-tónic en Galerías de París, una de las zonas de marcha más emblemáticas de la ciudad. Porque la noche es joven, ¡y nosotras también!

Después de desayunar, cogeremos el tren para visitar Guimarães. Guimarães no solo es un precioso pueblo medieval excepcionalmente bien conservado. Es además la primera capital del reino de Portugal y, por eso entre otras cosas, Patrimonio de la Humanidad.

Visitaremos el centro histórico de Guimarães. Nos meteremos por sus deliciosas callecitas y plazas medievales, visitaremos el Castillo de la ciudad (una estructura levantada, ¡en el siglo X!) y el imponente Palacio de los Duques de Braganza. Aprenderemos un poquito más de la historia de Portugal, veremos un imponente tramo de muralla medieval restaurada, y, si nos apetece, nos acercaremos a la zona de couros (donde antes trabajaban las curtidoras).

Si os apetece, entraremos en un par de iglesias de esas que por fuera no dejan intuir los tesoros que guardan dentro.

Braga presume de ser romana, barroca y una de las ciudades más piadosas de Portugal. En ella podemos visitar sus antiguas termas y su catedral, comernos una ‘frigideira’ y merendar una dulce ‘tibia’. Si os apetece, podemos acercarnos al coqueto jardín de Santa Bárbara, tomar un ‘pingo’ en la Praça da Republica o acercarnos hasta el Bom Jesus do Monte, el imponente santuario neoclásico a las afueras de la ciudad que desde 2019 forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad. ¡Perdámonos por sus calles y a disfrutarla al máximo!

Este día lo vamos a dejar abierto para planificarlo según lo que os apetezca una vez allí según el horario de los vuelos. Cristina ha vivido en Oporto y conoce de maravilla la ciudad, por lo que planes no van a faltar. Sólo que queremos amoldarnos a vosotras por si queréis hacer compras (la Rúa Santa Catarina y los cientos de puestillos de artesanías de Oporto os esperan), ver museos (como, por ejemplo, el Museo de Serralves), o simplemente pasear sin rumbo (¿quizá por el Palacio de Cristal?). A la hora convenida, nos dirigiremos al aeropuerto. ¡Ha sido un placer! Nos vemos en algún otro lugar del mundo.

Este viaje se puede combinar con el programa del Camino de Santiago portugués que empieza el 7 de septiembre en Tuy. Iríamos juntas desde Oporto.

El programa de esta escapada para mujeres a Oporto es susceptible de sufrir modificaciones por motivos operativos o climáticos. Los servicios incluidos en el itinerario podrán ser modificados en orden y día, garantizándose siempre la prestación de los mismos. Se recuerda que los viajes ofrecidos por WOM tienen un grado de espontaneidad, por lo que se ruega traer el espíritu aventurero en la maleta.